Orígenes y evolución de la telemedicina

Los orígenes de la telemedicina están ligados al desarrollo de las telecomunicaciones.

Ya desde el siglo XIX se practica la telemedicina  aprovechando la aparición del telégrafo. Esta tecnología se utilizó para solicitar suministros médicos y personal sanitario. A través del telégrafo también se daban reportes de heridos y fallecidos en los campos de batalla y los centros de salud. A principios del siglo XX, se comenzó a utilizar el teléfono para comunicar a pacientes, médicos, boticarios y proveedores. Posteriormente, se incorporaron tecnologías para transmitir datos de registros médicos, imágenes radiológicas y videos (1950 a 1970).

La telemedicina tiene sus orígenes en los años 60. Siendo concebida inicialmente para prestar servicios de salud en donde barreras o distancias geográficas dificultan la atención médico.

La creación de un sistema de teleconsultas y teleformación en Estados Unidos en 1964 es un ejemplo de sus primeras implementaciones.

Las investigaciones de la NASA impulsaron el crecimiento de la telemedicina, debido a la necesidad de monitorear a los astronautas. Con el crecimiento de las redes y de Internet, los países progresivamente fueron implementando plataformas nacionales de telesalud.

En el caso específico de España, se aprobó en 2005 el Plan Avanza, orientado a potenciar la inclusión de la telemedicina en el Sistema Nacional de Salud (MSCBS, s.f.). En el Plan de Calidad para el Sistema Nacional de Salud, las TIC son herramientas esenciales para mejorar la atención de los ciudadanos

Beneficios de la telesalud

Tener la oportunidad de consultar a un proveedor de servicios o productos de manera síncrona o asíncrona nos aporta los siguientes beneficios, (HRSA, 2021):

Reduce la exposición al contagio, particularmente en este momento, evita exponerse a la COVID-19.

Facilita el acceso a los servicios médicos, de asistencia social y autocuidado.

Evita el traslado de personas mayores, con limitaciones de movilidad o falta de tiempo. Esto tiene como beneficio derivado el consecuente ahorro en costos de los viajes y el alojamiento.

Amplía las opciones de consulta a profesionales en diversas especialidades, incluso fuera de su ciudad o región.

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